jueves, 29 de septiembre de 2011

Platerito y Taller Protegido

En la ciudad de Buenos Aires, Argentina específicamente en la municipalidad de Hurlingham, se encuentran ubicados dos institutos dedicados a la educación de niños con discapacidades ya sea síndrome de Down, autismo, o algún nivel de retraso mental. Estos institutos son el “Platerito” y “Taller Protegido”, fundados en el año 1958 por las señoras Blanca de Almeida y Aidé Serrano.

El colegio Platerito, como ya se mencionó anteriormente es una institución dedicada a los niños discapacitados. La directora Aidé Serrano, una jubilada que siempre aporto todas sus ganancias para que el colegio rindiera frutos, tenía  una filosofía distinta a la de otros colegios, ya que su deseo era crear un colegio integral al que asistieran niños sin discapacidades (al que normalmente llamamos niños “normales”) para que convivieran con niños discapacitados, y así poder aprender el uno del otro.

Blanca de Almeida al ver la filosofía del colegio no dudo en inscribir a sus hijos en este colegio. Al ver que sus hijos respondían muy bien a la filosofía e integridad que se les enseñaba, decidió involucrarse más con este, y llegó a ser gran amiga de la directora, organizando así distintos campamentos y fiestas a los cuales asistían todos los habitantes de la municipalidad.

Al pasar el tiempo, Blanca se dio cuenta que muchos de los chicos con discapacidad, al salir del colegio ( bachilleres), se quedaban en sus casas y no seguían sus estudios, ya que sus padres no encontraban otra “solución”, así que ese fue el inicio del taller Protegido, en el cual los chicos discapacitados, al no ingresar a la universidad, podrían asistir a este taller en el cual se les enseñarían actividades para poder desarrollar su nivel de movilidad en las manos ( ya que la mayoría de los niños con síndrome de Down no tienen movilidad en las manos o simplemente no las trabajan).

Cuando se empezó a formalizar este proyecto, Blanca y Aidé junto a un grupo de padres, fueron a pedirle a la municipalidad de Hurlingham  que dispongan un terreno para poder construir un buen establecimiento  (Taller protegido). La municipalidad estuvo en total acuerdo con el proyecto, y por ende les otorgó 3 terrenos en los que se pudo construir el taller y también pudieron construir departamentos, para que en un futuro, cuando los padres de estos niños con discapacidades fallecieran, ellos pudieran contar con una vivienda asegurada y seguir así con sus actividades.

El marido de Blanca, Esteban Almeida, al ser maestro mayor de obra (constructor), colaboró mucho en al construcción del taller. Para poder conseguir fondos monetarios para la compra de materiales que se realizaban, decidieron realizar peñas, asados, fiestas, etc. Este dinero también se utilizaba para pagar el sueldo de profesores, psicólogos, fisioterapeutas, que colaboraban y trabajaban día a día con el taller.

En el taller protegido, a los niños discapacitados se les enseñaba a realizar los interruptores para la luz, y tubos fluorescentes. A final del mes, se vendían todos esos productos y la plata se les entregaba a los chicos que los producían. Gracias a esto, muchos jóvenes discapacitados llegaron a trabajar en fábricas, sin ser discriminados por su discapacidad, y poder llevar una vida a la cual podríamos llamarla “normal”.

En la actualidad, los dos institutos siguen en pie, aunque el colegio “Platerito” es únicamente para niños con discapacidades, y por otro lado “Taller protegido” sigue creciendo año tras año, gracias al trabajo que realizaron sus fundadores Blanca de Almeida y Aidé Serrano.

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